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viernes, 26 de septiembre de 2008

Entremés de la Cueva de Salamanca

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El proyecto que la Compañía de Teatro de la Delegación Cuauhtémoc desarrolló durante el 2008 para acrecentar su repertorio fue “La Cueva de Salamanca”, entremés de Miguel de Cervantes Saavedra. Iniciamos el montaje desde el mes de junio de 2008 y el proceso continuó hasta su estreno el viernes 26 de septiembre, a las 18:30 en el Ágora del Jardín Médicos por la Paz, de la segunda sección de Tlatelolco.






Programa de Mano












Fragmentos del reestreno





Sobre el Autor

Miguel de Cervantes Saavedra es una de las glorias literarias del idioma Castellano. Nació en Alcalá de Henares (Madrid), probablemente el 29 de septiembre de 1547. Pasó su adolescencia en varias ciudades españolas (Madrid, Sevilla) y con poco más de veinte años se fue a Roma al servicio del cardenal Acquaviva. Recorrió Italia, se enroló en la Armada española y en 1571 participó con heroísmo en la batalla de Lepanto, donde comienza el declive del poderío turco en el Mediterráneo. Allí Cervantes resultó herido y perdió el movimiento del brazo izquierdo, por lo que fue llamado el Manco de Lepanto. En 1575, cuando regresaba a España, los corsarios le apresaron y llevaron a Argel, donde sufrió cinco años de cautiverio (1575-1580). Liberado por los frailes trinitarios, a su regreso a Madrid encontró a su familia en la ruina. Se casa en Esquivias (Toledo) con Catalina de Salazar y Palacios. Arruinada también su carrera militar, intenta sobresalir en las letras. Publica La Galatea (1585) y lucha, sin éxito, por destacar en el teatro. Sin medios para vivir, marcha a Sevilla como comisario de abastos para la Armada Invencible y recaudador de impuestos. Allí acaba en la cárcel por irregularidades en sus cuentas. Después se traslada a Valladolid. En 1605 publica la primera parte del Quijote. El éxito dura poco. De nuevo es encarcelado a causa de la muerte de un hombre delante de su casa. En 1606 regresa con la Corte a Madrid. Vive con apuros económicos y se entrega a la creación literaria. En sus últimos años publica las Novelas ejemplares (1613), el Viaje del Parnaso (1614), Ocho comedias y ocho entremeses (1615) y la segunda parte del Quijote (1615). El triunfo literario no lo libró de sus penurias económicas. Dedicó sus últimos meses de vida a Los trabajos de Persiles y Sigismunda (de publicación póstuma, en 1617). Murió en Madrid el 22 de abril de 1616 y fue enterrado al día siguiente.

Miguel de Cervantes, el “Príncipe de los Ingenios”, es un autor tan importante para el mundo de habla hispana como lo es William Shakespeare para los anglófonos. Si un idioma se considera establecido a partir de la gran literatura que puede crear, es hasta Cervantes (en particular: El Quijote) que el castellano se consagró. Si el Italiano llega a su madurez como una lengua (porque antes sólo podía considerarse una cacofonía de dialectos) con la Divina Comedia de Alighieri, inaugurando el Renacimiento italiano; si Shakespeare es la cumbre del Renacimiento inglés; Si las grandes letras francesas de Rebeláis y Moliere, elevaron su idioma hasta la categoría más alta: Cervantes hace lo propio con nuestro idioma. Por ello, el lugar que ocupa Cervantes en la historia del teatro y de la literatura en español, es un lugar de honor.








La Compañía y el teatro de autor

Sea quizá porque casi todos los integrantes de la Compañía de Teatro de la Delegación Cuauhtémoc realizaron sus estudios profesionales en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM, o porque nuestros gustos han coincidido por casualidad, ha sido siempre de nuestro interés el combinar en el repertorio de la Compañía: el teatro experimental, de propuesta original y el gran teatro de autor, el de corte academicista.

Ello nos ha llevado incluso a discusiones y a recibir críticas por parte de otras personas del medio teatral que también laboran para la Delegación Cuauhtémoc. ¿Por qué molestarse en llevar a escena este tipo de teatro? ¿Por qué no hacer cosas que respondan a necesidades estéticas más inmediatas (teatro nuevo y original que busca reflexionar sobre eventos que están ocurriendo actualmente)? ¿Por qué molestarse en hacer teatro de época si a nadie le va gustar, o lo va a entender?

Si bien la Compañía tiene entre sus propuestas, puestas en escena nuevas, de creación original, el teatro de autor se encuentra en nuestro repertorio y siempre lo va a estar. El teatro de época, en particular, el siglo de oro, no está más allá del gusto de la gente o su entendimiento. Aquel que considera que por ser una obra antigua la gente no la va entender, es porque subestima al público y a la obra. Porque quien tenga un poco de nociones de historia del teatro sabrá que en su momento, cuando estas obras fueron escritas, estaban hechas para el gran público. Eran el teatro popular de su época, y sobrevivieron al tiempo gracias a su gran calidad.

Estas obras siguen siendo divertidas, y además, por ser clásicos, son educativas. Acercar la cultura al público fue siempre nuestro objetivo. Después de todo, qué puede ser más gratificante que llevar Cervantes al patio de un multifamiliar y ver que la gente lo disfrute.










Los Entremeses Cervantinos

La más famosa puesta en escena de los entremeses en nuestro país es la del fallecido Maestro Enrique Ruelas. Se sigue representando tal cual dentro del Festival Cervantino desde hace más de cincuenta años.

Se conoce como entremés (o paso) a una pieza dramática jocosa y de un solo acto, protagonizada por personajes de clases populares, que solía representarse durante el Siglo de Oro español, es decir, a fines del siglo XVI y durante el siglo XVII y, entre la primera y segunda jornada de una obra mayor. Posteriormente será llamado sainete.

Por ello el entremés no estaba considerado como una obra completa, más bien como un género menor, es decir, funcionaba como una unidad dramática independiente por sí misma pero sólo para representarse dentro del marco de una obra más grande.

Pero por su carácter cómico, por ser unidades independientes y por su brevedad nos atrajeron de inmediato y nos parecieron ideales para una puesta destinada a la plaza pública y los espacios abiertos. De entre los ocho entremeses seleccionamos “La Cueva de Salamanca”, por considerarlo uno de los mejores y el que más se ajusta al elenco de la Compañía y a nuestras capacidades de producción.







La Leyenda de la Cueva de Salamanca

La Cueva de Salamanca es un enclave legendario de la ciudad de Salamanca donde, según la tradición popular, impartía clase el Diablo. Dicha cueva se corresponde con lo que fue la cripta de la ahora inexistente iglesia de San Cebrián. La tradición popular, asignó pronto la labor docente a Asmodeo o algún otro demonio, que durante siete años, en oscuridad de la noche, daba clase de adivinación y otras artes tenebrosas a siete alumnos. Terminada la carrera, se echaba a sorteo y uno de ellos quedaba en manos del Demonio. El origen de esta leyenda esta en las clases que en la sacristía impartía el párroco de la iglesia. Se llamaba Clemente Potosí, y llegó a ser identificado con el diablo. Este daba lecciones de astrología, geomancia, hidromancia, piromancia y quiromancia, el objetivo era aprender técnicas adivinatorias. Los alumnos que acudían a las clases no revelaban que era lo que aprendían y este hermetismo fomentó la leyenda.








Sinopsis

Leonarda, una dama rica, y Cristinica, su criada, se disponen a disfrutar una velada con sus amantes (un barbero y un sacristán) ya que su señor Pancracio, marido de Leonarda, ha salido de viaje. Un estudiante pobre pide asilo durante esa noche y todos se disponen a disfrutar de un banquete cuando el marido regresa intempestivamente. El estudiante logra persuadir al marido de que los dos hombres metidos en su casa son demonios que él conjuró para su diversión. A pesar de mostrar un adulterio, muy común en la temática de todo el teatro del Renacimiento, los temas son tratados con el pudor necesario para no ofender la moral del público. Esta obra, cómica y entretenida, tiene como principal objetivo dar a conocer la literatura Cervantina al público.










Concepción: el teatro de corral en la calle y la plaza

El paso o entremés, como todo el teatro del siglo de oro se representaba en tres espacios primordialmente: el corral de comedias, la corte y la plaza. En un principio, influidos por los comediantes italianos (como Ganasa), los comediantes y comediográfos españoles comenzaron a profesionalizarse y a abandonar el teatro medieval (sobre todo de temática religiosa); lo religioso se conservó en la tradición del Auto Sacramental, pero los comediantes profesionales se alejaron de la iglesia para llevar sus espectáculos a otros lugares.

Antes de que el arte de las comedias del siglo de oro español se estableciese del todo cuando Lope de Vega publicó el “Arte nuevo de hacer comedias” (que establecía las reglas que todo comediógrafo debía seguir), ya Lope de Rueda había establecido el género del paso o entremés, basado en los Lazzi de los comediantes italianos. Luego de salir de la iglesia, las comedias y pasos, imitando a los italianos, comenzaron a representarse en las plazas (cuando eran para el populacho) y los salones cortesanos (cuando eran para la nobleza). Algunas veces llegaban a ciertos lugares donde no había un lugar preestablecido para las representaciones y empezaron a usar los corrales de los animales para ese propósito.

Adaptados a ese espacio luego comenzaron a construirse corrales que ya no estaban hechos para animales, sino construidos a propósito para el teatro. Pero los principios básicos seguían siendo los mismos: un corral es un patio interior. El escenario estaba instalado en un extremo del patio, contra la pared de la casa del fondo.

Así pues partimos del principio de que un entremés puede representarse en cualquier sitio, al aire libre, en lugares cerrados, en patios interiores, en plazas y jardines, en explanadas y más ocasionalmente en un teatro en forma. Por lo mismo, las exigencias escenográficas son mínimas (si en los corrales a penas y se podían usar telones de fondo, la mayoría de las veces sólo necesitaban la pared del fondo y nada más), la utilería es sólo la necesaria (casi toda debía caber en el cofre o cajón que las compañías colocaban a un extremo o al fondo del escenario) y el énfasis visual estaba puesto en los vestuarios.

Esto se ajusta a la perfección las condiciones de los eventos culturales de la Delegación Cuauhtémoc. La mayoría de las veces nos exigen poder llevar el espectáculo a la calle, al jardín o al patio de una vecindad y sólo pocas veces a algunos de los teatros que administra. Si vamos a llevarle a la gente teatro de época, vamos a escoger un estilo de teatro que se ajusta a las condiciones en que se va a representar. Si el teatro es en la calle, pues entonces hicimos una obra que desde un principio estuvo concebida para tales condiciones.



Actuación

Ya establecimos que los pasos y entremeses son herederos directos del Lazzi que los comediantes italianos (Commedia dell’Arte) introducían a placer en sus puestas (tuvieran o no que ver con el desarrollo de la historia principal del scenari o canovaccio). Ya habíamos hecho experimentos con Commedia dell’Arte en la puesta en escena de “Muerte accidental de un anarquista”. Sólo que esta vez la relación entre los géneros es mucho más directa, por ello pudimos profundizar.

Construimos el personaje como un Arquetipo (después de todo este estilo de teatro nos permite alejarnos un poco del enfoque psicológico del drama moderno), desde afuera hacia dentro. Haciendo mucho énfasis en la expresión corporal, la mímica, y la construcción de gags (o unidades cómicas de acción física o verbal).

Como nos enfrentábamos a circunstancias extraordinarias que nos impiden poner mucho énfasis en lo vocal, decidimos decantarnos por lo físico; principalmente por dos razones.

1. El lenguaje es de difícil comprensión: A pesar de que se trata de prosa (y no verso como casi todo el teatro del siglo de oro), y de que es hermoso y de gran valor literario, por el uso de ciertas palabras antiguas y formas idiomáticas en desuso, requiere, para quien no está educado, de una traducción para comprender ciertas partes.

2. Las condiciones de acústica en la calle y al aire libre no son óptimas para un actor. La mayoría de las veces (y lo sabemos por experiencia) nos enfrentamos a lugares donde la voz se pierde entre el ruido del tráfico y el bullicio de la ciudad. Si buscas que el espectador se base sólo en las palabras para comprender la historia, te encuentras que muchas veces pierden parte de la trama simplemente porque no lograron escuchar lo que sucede en escena.

Por lo tanto, con este estilo de actuación logra apoyar el aspecto vocal de la obra, llevando al cabo una especie de dramaturgia del cuerpo y las acciones físicas. Así que si el público no escucha alguna parte del texto, podía deducirla por medios visuales.









Escenografía y Utilería

Como muchas obras del siglo de oro, usando las reglas aristotélicas, ocurre en un solo lugar en un lapso definido de tiempo (unidad de espacio y tiempo). Así que el espacio escénico único nos simplificaba las cosas porque no había necesidad de cambios escenográficos.

Buscamos entonces emular un patio interior, la obra trascurre en el patio de la casa de Pancracio, así que se diseñaron tres mamparas estilo biombo que pudieran decorarse como los arcos interiores y la puerta de la casa y que a la vez sirvieran de afore para los personajes. El público podía situarse delante o a los lados del espacio, como en el corral, o por encima, desde algún balcón. La utilería es la más indispensable, sólo se requería cuidado en usar elementos que no fueran anacrónicos a la época.





Diseños de espacio y escenografía




Vestuario

El vestuario es de época, busca (dentro de nuestras posibilidades económicas) ser vistoso, cromáticamente llamativo e históricamente cercano a lo que se hubiese usado al representarse originalmente.



Musicalización

La música es parecida a las formas musicales que existían en la España renacentista; el carácter de esta es mayoritariamente jocoso o festivo.







Diseños de Vestuario





Elenco

Elenco del estreno

Estudiante ............................... Luis Miguel Zamora

Pancracio ................................. Hugo Moya / Ricardo Enríquez

Leonarda ................................ Juana María Muñoz / Romina Bejar

Cristinica ................................ Gaby Castilla

Sacristán ................................. Miguel del Castillo / Daniel Santi

Barbero .................................. Rafael Zamarrón / Hugo Moya

Elenco actual

Estudiante ............................... Luis Miguel Zamora

Pancracio ................................. Emmanuel Castañeda

Leonarda ................................ Juana María Muñoz

Cristinica ................................ Penélope Godoy

Sacristán ................................. Juan Gabriel López

Barbero .................................. Rafael Zamarrón

Dirección: Emmanuel Castañeda

Asistente de dirección: Luis Miguel Zamora / Fernando González

Musicalización: Héctor Bezárez

Costurera: Luz Alegría Belman

Escenografía y Utilería: Compañía de Teatro de la Delegación Cuauhtémoc

Coordinación General. Juana María Muñoz

PRODUCCIÓN: DELEGACIÓN CUAUHTÉMOC




Ficha Técnica

DATOS GENERALES:

Entremés de “La Cueva de Salamanca”

Autor: Miguel de Cervantes Saavedra

Duración Total: 45 minutos.

Tipo de espacio:

Espacios cerrados como auditorios, y callejeros como plazas públicas.

Dimensiones:

5 metros de largo, 3 de profundidad.

Vestiduras:

Ninguna.

Iluminación:

Luz blanca (de noche) o de ambiente (de día).

SONIDO:

Reproductor de CD y/o Mp3

6 micrófonos de solapa.

Mezcladora

Ecualizador

Amplificador

Bocinas

Tramoya:

La compañía cuenta con tres biombos amplios que sirven de afore y escenografía.

Camerinos:

2, hombres y mujeres.

Hora de llegada al evento:

1 hora antes del inicio de la función con disponibilidad total de camerinos y espacio.

Hora de salida del evento:

½ hora después de finalizada la función.




La actualidad

En la actualidad la obra sigue activa, tal vez se incluyan nuevos actores a la puesta. La Compañía tiene planes para seguir con la obra en 2010.




Contacto

Si estás interesado en ver esta obra deja tu comentario, escríbenos a nuestro correo o pide directamente a las autoridades de la Delegación Cuauhtémoc que la lleven a tu colonia; a través de las Unidades de Desarrollo Social de tu dirección territorial o de la Subdirección de Servicios Culturales.






Compañía de Teatro de la Delegación Cuauhtémoc

“Cuauhtémoc Trabajando por el Arte”